El Plan de Acción del Atlántico, adoptado por la Comisión Europea en 2013, recoge una serie de objetivos en línea con los objetivos de crecimiento azul propuestos en la Estrategia para el 2020. En definitiva, se trata de revitalizar las economías marítimas de las áreas costeras de Irlanda, Francia, España, Portugal y Reino Unido bajo un marco común que, aunque carece de financiación propia, cuenta con un equipo de apoyo cuyo objetivo es fomentar el encuentro de potenciales socios y fuentes de financiación para los diferentes grupos de interés de la región de cooperación.
Bajo estos mismo objetivos, asistimos el pasado jueves 29 de octubre, en Brest, a laConferencia de Stakeholders del Atlántico, como cierre a una semana especialmente marítima protagonizada por Safer Seas y sus eventos adyacentes.
Durante la conferencia hubo numerosos espacios de networking y matchmaking que facilitaron los encuentros entre actores con mismas ideas en territorios atlánticos diferentes.
Tras el plenario inicial, en el que se identificaron los principales desafíos, así como las posibles soluciones para afrontarlos, se celebraron una serie de talleres relacionados con temáticas de interés para los socios del proyecto Estramar y la trayectoria del Grupo de Investigación de Tecnologías, Gestión y Biogeoquímica Ambiental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
Entre los temas más recurridos destacaron: la adaptación de los puertos frente a las consecuencias del cambio climático, el fomento de la cooperación atlántica, la prevención de la contaminación marina y la puesta en valor de los recursos que nos ofrecen los océanos, y en especial las áreas marinas protegidas, mediante el análisis ecosistémico.
Para todos los ejemplos se cumplen las mismas premisas: el proceso y los proyectos han de ser participativos, utilizando un lenguaje asequible para aumentar el alcance y fomentando un acercamiento multi-criterio que permita navegar hacia un desarrollo sostenible dentro de la economía azul.
Entre los retos se nombraron la mejora de la comunicación hacia los potenciales stakeholders, las oportunidades de financiación, la necesidad de una mayor cooperación entre regiones y entre los propios actores interesados de una misma región, así como la falta de observaciones y conocimientos en el caso de determinados ámbitos.