Desde el mar y el laboratorio, trabajando conjuntamente.
Potenciar una red en la Macaronesia, en la que se integren entidades de investigación, gestión y del ámbito empresarial relacionas con el objetivo de proteger, vigilar y monitorizar los cetáceos y el medio marino, es uno de los pilares fundamentales del proyecto MARCET.
En ese marco, desde el Grupo de Investigación de Tecnologías, Gestión y Biogeoquímica Ambiental, hemos comenzado a trabajar con Spirit of the Sea, empresa de avistamiento de cetáceos en el sur de Gran Canaria. Las excursiones a bordo del catamarán representan, en el marco de los objetivos de MARCET, algo más que una actividad turística convencional, sirviendo de plataforma de divulgación y de herramienta para la monitorización de datos ecológicos y ambientales. Así, engranando la experiencia a bordo del personal del Spirit of the Sea y las premisas científicas, estamos desarrollando un prototipo que, instalado en los barcos de avistamiento, sirva como método de obtención de muestras de agua de mar para evaluar la calidad ambiental en cuanto a la presencia y abundancia de microplásticos en la zona en la que desempeñan su actividad.
Vigilantes con la contaminación por microplásticos en un punto caliente de biodiversidad.
En base a los trabajos de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en Canarias, y de Canarias Conservación, se han citado hasta 30 especies de cetáceos en Canarias, pertenecientes a 7 familias diferentes. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza reconoce 88 especies en todo el mundo, lo que convierte a esta región en uno de los lugares del mundo con mayor diversidad y por tanto una zona muy especial para la observación y conservación de estos mamíferos marinos.
El archipiélago presenta unas características oceanográficas y geomorfológicas excepcionales: marca el límite sur de distribución de algunas especies de aguas frías, mientras representa a su vez el límite norte para otras de aguas tropicales. Además, dado el origen volcánico de las islas, se alcanzan grandes profundidades a pocas millas de costa, favoreciendo el avistamiento tanto de especies de aguas someras (costeras) como profundas.
A su vez, es sabido también que, además de los grandes giros oceánicos, las zonas costeras concentran enormes cantidades de basuras marinas, incluídos los fragmentos y fibras que representan los llamados microplásticos. La principal entrada al medio marino de estas partículas son las fuentes terrestres (emisarios, desembocaduras de barrancos, …); si bien también es muy frecuente encontrar fibras procedentes de artes de pesca, o fragmentos de pintura de barco.
Desde nuestro Grupo de Investigación, tenemos el propósito de mantenernos vigilantes con este tema y monitorizar la distribución y abundancia de microplásticos en las aguas costeras. Para ello, y en colaboración con Spirit of the Sea, iniciaremos próximamente las pruebas del prototipo muestreador a bordo de la embarcación, lo que nos permitirá realizar un seguimiento de la contaminación a la vez que se fortalece el valor ambiental de las actividades turísticas si a la vez se desarrollan de manera sostenible y responsable.