El proyecto internacional G-Cubes, capitaneado por el artista suizo Harald Reichenbach, hizo escala en Las Palmas de Gran Canaria el pasado mes de octubre con el objetivo de, en el marco de su peculiar vuelta al mundo, recoger basuras marinas y convertirlas en piezas artísticas de valor económico a la vez que se pone sobre la mesa – ¡y en las galerías!- un problema ambiental global que no reconoce fronteras, ni por mar, ni por tierra.
Harald Reichenbach, consciente de la gravedad del problema que suponen las basuras marinas, inició el pasado 21 de septiembre un viaje alrededor del mundo a bordo del velero O’Deline. Durante los próximos 17 meses, y recorriendo más de 30.000 millas náuticas, se ha fijado como misión recoger basura de cientos de playas y costas con el fin de transformarla en piezas artísticas únicas: los G-Cubes.
El destino final de estas piezas, en forma de cubo, será una exposición de más de 1.000 G-Cubes (G de garbage, basura en inglés), cada uno de ellos georreferenciado, reflejo de las basuras marinas que amenazan los océanos de todo el mundo.
Antes de esto, en el Centro de Arte La Regenta, se dieron a conocer el proyecto y el trabajo desarrollado durante con el alumnado del CEIP Sta. Catalina en colaboración con el colectivo Ecologistas en Acción de Las Palmas de Gran Canaria. Así, por parte de nuestro grupo y en colaboración con el proyecto MICROTROPHIC, se presentaron algunos resultados de la comunidad científica en materia de contaminación marina debida a las basuras marinas, haciendo especial hincapié en los microplásticos.